El papel del docente a la hora de enseñar

Soy Celeste Clemente, estudiante del Profesorado de Inglés en la Institución Fasta Inmaculada Concepción, y en el presente informe realizaré un análisis de la presentación de Carlos Skliar “Escuela, Infancia y Diversidad | Estar Juntos”, junto con un análisis del libro “Carta a un joven profesor” de Philippe Meirieu. 

Espero que les guste el artículo y les pueda ser de utilidad. A continuación, comenzaremos a desarrollar el mismo…

Tanto Carlos Skliar en su presentación “Escuela, Infancia y diversidad” como Philippe Meirieu en su libro “Carta a un joven profesor” plantean diferentes reflexiones sobre cuestiones como la infancia, la enseñanza y la posibilidad de potenciar las experiencias escolares, haciendo hincapié en la forma de enseñar y cómo ello repercute en el otro. 

Con ello, podemos decir que actualmente se ha universalizado el acceso a la enseñanza a nivel mundial, por lo que la pregunta ya no se enfoca tanto en cómo hacer para hacer entrar a alguien, sino cómo hacer para dejar pasar a alguien; dejar que ingrese a un lugar en donde pueda ser, y no solo estar. Es difícil lograr esto sin que se produzca una fractura, por lo que, Philippe en su libro brinda consejos para aquellos docentes que se inician en este universo, pero también para aquellos otros que todavía no sienten el deseo de transmitir, y la pasión por enseñar.

El principal tema que estos autores quieren transmitir es la importancia del alumno como centro del proceso educativo, destacan la necesidad de conocer los intereses y necesidades del estudiante, para así adaptar las pedagogías a ellos, en vez de obligarlos a ellos a que se adapten a las mismas. Además, se basan en la idea de que la escuela sea más que un lugar en donde solo tienen que “existir”. Se plantea a la misma como un espacio de transformación social, en donde se tiene el deber de convertir a los alumnos en personas críticas y comprometidas, donde ellos puedan desarrollar sus capacidades, talentos y creatividad, y no solo un lugar al cual van solamente a adquirir ciertos conocimientos.

En base a lo mencionado, Meirieu, en uno de sus capítulos, hace referencia a cómo hacer para no dejar a nadie al margen de la escuela, ¿cómo podríamos hacer accesible el acto pedagógico a todos, sin trivializarlo?, y él cree que esto se podría lograr a través de la eliminación de las desigualdades económicas, sociales y familiares, defiende la idea de que todos, independientemente de su origen social o cultural, deben tener las mismas oportunidades de aprender y desarrollarse, eliminando así “la obsesión por las diferencias” de la cual habla Skliar. Según su pensamiento, es necesario que la educación sea de calidad, inclusiva y relevante, y aquí es donde el docente juega un papel fundamental; quien es el encargado de crear ambientes de aprendizaje en donde todos los estudiantes puedan desarrollar y expresar su potencial. 

Por otro lado, también se enfoca en la importancia del diálogo y la comunicación; dos temas relevantes para poder establecer una comunicación abierta y respetuosa con los estudiantes, y que esto sea así desde ambas partes. Es fundamental para construir relaciones de confianza, fomentando así la participación, junto con el fomento del aprendizaje colaborativo. 

Una pregunta muy común en nuestra vida diaria es sí; ¿es necesario estar motivado para trabajar o es en el propio trabajo donde surge la motivación? Para Philippe, una gran parte de su labor es precisamente hacer surgir la motivación en el propio

movimiento de trabajo. Es de suma importancia que el alumno sienta placer en su trabajo o, en este caso, estudio. 

Es necesario encontrar un equilibrio a la hora de enseñar, poder transmitirle a los demás el amor por los temas dados, que realmente les interese conocer sobre ello. Como mencionamos anteriormente, la enseñanza debe ir acompañada de la exigencia: tanto como docente como cada alumno personalmente. La exigencia con uno mismo cumple un rol excepcional en estos procesos. 

Con respecto al concepto de disciplina, el autor plantea la dificultad para mantener la atención de los estudiantes en el aula, y que esto sucede debido a los hábitos de consumo mediáticos que vivimos en la sociedad actual, por lo que en consecuencia de ello, los docentes se encuentran ante diferentes desafíos, como la fragmentación de la atención, la inmediatez y ansiedad de los estudiantes, junto con el individualismo que los jóvenes de hoy presentan, es decir, la manía de centrarse en sus propias necesidades y deseos, dificultando la colaboración del trabajo en equipo.

Frente a esto, Meirieu propone una planificación minuciosa de cada clase, persiguiendo objetivos claros, con actividades adecuadas para lograrlos. Teniendo en cuenta otros aspectos como la estructura del tiempo y el espacio, respetando ciertas normas claras.

Para concluir este breve resumen de las opiniones de Skliar y Meirieu, podemos realizar una conexión entre ambos autores. 

Enfatizan la importancia del docente como puente entre el estudiante y el conocimiento, Destacan la importancia de que el docente sea un modelo de compromiso social y el papel de la escuela en la formación de ciudadanos críticos y comprometidos. Ambos coinciden en la necesidad de una buena planificación que permita adaptar las actividades a las necesidades de los estudiantes y crear espacios educativos donde se sientan valorados y respetados para que puedan desarrollar habilidades como la empatía, la colaboración y la resolución de conflictos.

 

Celeste Clemente – Alumna Primer Año de Inglés

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